CINE EN LA CASA MUNICIPAL DE CULTURA DE MIRANDA DE EBRO (BURGOS). JUEVES SEÑALADOS, EN SESIONES DE 18:00 y 20:30.
ORGANIZA LA ASOCIACIÓN CULTURAL OTROSOJOS EN COLABORACIÓN CON EL AYUNTAMIENTO DE MIRANDA DE EBRO

Jueves 19 de Noviembre: LA DUDA DE DARWIN

El próximo jueves, 19 de noviembre, proyectamos en la Casa Municipal de Cultura, dentro de la programación “Cine con Otros Ojos” y en riguroso estreno en las pantallas españolas, “La duda de Darwin”, de Jon Amiel, en sesiones de 6 y 8:30 de la tarde, con la localidad a 3´50 euros.
         Adjuntamos la sinopsis de la película facilitada por la distribuidora, el comentario de Raquel que editaremos como ficha, y una reproducción del cartel.
         Un abrazo, y hasta el jueves.



SINOPSIS DE LA PELICULA :

Inglaterra, principios del siglo XIX. El científico inglés Charles Darwin regresa de un largo viaje alrededor del mundo con la clave para explicar el origen de las especies. Pero cuando se dispone a publicar su revolucionaria teoría sobre la evolución, se encuentra no sólo con una sociedad que no está preparada para aceptarla, sino también con la desaprobación de su esposa. Cuando su hija Annie muere con sólo diez años, Charles y Emily tendrán que enfrentarse al mayor dilema de su vida: ¿qué puede explicar la muerte, la religión o la ciencia?















COMENTARIO :

Una historia de todo

 “Encuentro que en mí se incorporan el gneis, el carbón, el musgo de largas hebras, las frutas, los granos, las raíces comestibles, y que estoy recubierto totalmente de cuadrúpedos y de pájaros y que cuanto he dejado atrás lo he dejado por buenas razones”.

Whalt Whitman describió poéticamente la Evolución pocos años antes de que Darwin publicara “El  origen de las especies” en 1859. En el poeta convivían sin tensión sus sentimientos panteístas con  creerse el resultado de los juegos ancestrales  de la Naturaleza. Sin embargo, Darwin, hipersensible, inmerso en una sociedad puritana y antropocéntrica, sufrió enormemente por las revolucionarias  conclusiones a las que le llevaron sus investigaciones.
            Creation -traducida aquí  como La duda de Darwin- es una espléndida y conmovedora adaptación de “La caja de Annie” de Randall Keynes, tataranieto del naturalista. Inexplicablemente, no ha sido estrenada en las  pantallas españolas. En el libro, el relato presenta una sucesión cronológica convencional (aunque la obra literaria no lo es en absoluto) pero la película  discurre con elegantes flashbacks y ensoñaciones que, asombrosamente, consiguen plasmar un progreso ordenado de los acontecimientos, impregnados además de precisos matices emocionales.
            Desde las imágenes que sirven de fondo a los créditos iniciales ya visualizamos, de alguna manera, la intuiciones de Whitman, que son las certezas de Darwin: las similitudes estructurales u organizativas entre lo grande y lo microscópico, su lejana intimidad tocada de belleza. En el ecosistema de la película, habitan temas que, como en la Naturaleza, parecen independientes pero que están concernidos: el amor y el sentido de culpabilidad o el dolor ante la muerte y la adaptación a la pérdida que ella provoca. También los sentimientos obedecen a la Evolución.
            Darwin decía “La naturaleza es un campo de batalla”. Su sensibilidad, sus iniciales sentimientos religiosos se debatían  con la búsqueda de sentido a la crueldad del mundo natural. Es  especialmente incuestionable y hermosa una secuencia en la que putrefacción orgánica demuestra ser un arma de  muerte y vida.
            La condición humana otorga el privilegio, muchas veces doloroso,  de tener conciencia, de sentir compasión, pero también de buscar la verdad científica. ¡Ay, si nuestro hombre hubiera respondido  al arquetipo de científico frío y calculador! Pero Darwin amó tanto a su familia… Su hija Annie compartía con él  una curiosidad insaciable: “papá, cuéntame una  historia sobre todo”. Dios o la Naturaleza se la arrebató prematuramente con su crueldad característica.
            La duda de Darwin consigue transmitir no solo la veracidad biográfica de un hombre, sino que transporta al espectador, al menos en mi caso, a un estado de máxima atención para absorber cada rincón de la pantalla, cada palabra que se escucha. Después de  varios visionados, con las primeras notas  de su banda sonora siempre me instalo en una disposición concentrada y porosa en la que siento que se incorporan en mí Paul Bettany y Jennifer Connelly, la música de Christopher Young, el director Jon Amiel, y que estoy recubierta de una dirección  artística y un guión perfectos…
            Doy  gracias -a la Creación o a la Evolución- por permitirme ser un primate cinéfilo.

Raquel Sáenz de Buruaga