CINE EN LA CASA MUNICIPAL DE CULTURA DE MIRANDA DE EBRO (BURGOS). JUEVES SEÑALADOS, EN SESIONES DE 18:00 y 20:30.
ORGANIZA LA ASOCIACIÓN CULTURAL OTROSOJOS EN COLABORACIÓN CON EL AYUNTAMIENTO DE MIRANDA DE EBRO

Jueves 26 de Abril: BEBÉS


El próximo jueves, 26 de marzo, proyectamos en la Casa Municipal de Cultura “Bebés”, de Thomas Balmès, en sesiones de 6 y 8´30 de la tarde, con la localidad a 3´50 euros.
 
Adjuntamos la sinopsis de la película facilitada por la distribuidora, el comentario de Raquel que editaremos como ficha, y una reproducción del cartel.
Hasta el jueves. Asociación Otrosojos.




Dirección: Thomas Balmès
Guión: Thomas Balmès
Interpretes: Documental


Francia, 2010 - 79 min.
Todos los públicos






SINOPSIS

Dirigida por el cineasta Thomas Balmès y partiendo de una idea original del productor Alain Chabat, la película nos propone compartir un desafío emocionante: seguir de cerca a cuatro bebés de cuatro países muy diferentes entre sí, desde su nacimiento a sus primeros pasos. Un maravilloso documental que es un canto a la vida.




Cachorros de hombre


La Naturaleza es sabia. Y engañadora. Tuvo la ocurrencia de que para hacer niños la mecánica fuera placentera. Pero, ¡toma!: a los nueve meses del gozoso apareamiento, y haciendo recaer la responsabilidad en una ordenanza bíblica, las mujeres alumbran con dolor. Su discurrir ladino hizo también que los humanos, al nacer, en vez de unos adolescentes insoportables pasados de hormonas y acné, sean unas criaturas enternecedoras. Así se ha garantizado la abundancia de ejemplares de esa especie entre los cuales, algunos afortunadamente, además de mantener la cadena de cópulas reproductoras, se dedican al cine.
Bebés es un documental, de espíritu etológico, sobre cachorros humanos; es decir, revela la parte animal del comportamiento de los lactantes. Un comportamiento universal. Las diferencias entre Ponijao, Mari, Bayargal y Hattie las marca su hábitat, el país donde les ha tocado nacer. El nivel de desarrollo de sus ecosistemas determina, sobre todo, las pautas de crianza de los padres. No obstante, esta película no pretende ser un tratado científico. Es una pieza sensible, divertida y entrañable, pero en absoluto blandita. Tampoco hay moralina ni denuncia contra la opulencia o la miseria. No va de eso. Tal vez se le pueda achacar cierta parcialidad al mostrar la conducta de los bichejos, pues asistimos a un desarrollo sin atisbo de conflictos. Los personajes de esta historia apenas cogen pataletas ni tienen torturantes cólicos, e ignoramos si, de vez en cuando, destrozan las noches de sus padres. Aceptamos el ocultamiento. Imposible no dejarse embaucar por la dulzura que inspiran. Su aventura vital, que incluye experiencias tales como comer, dormir o defecar, de las que todos los seres humanos –seamos padres, tíos o abuelos- hemos sido testigos en vivo y en directo, se presentan en esta película como hábitos extravagantes; especialmente, los que atañen a las crías de Namibia o Mongolia. Por ejemplo, el aseo diario, que para un bebé californiano es la lluvia cálida y sin límite de una ducha, para el lactante de Namibia incluye lametones maternos y para el nómada mongol unas salpicaduras de la fuente de leche de su mamá. Sin embargo, estos procesos tan dispares comparten la expresión del mismo amor de los homo sapiens hacia su progenie. En los hábitats más sofisticados, ese amor de los progenitores se materializa, además, en una sobreestimulación y presencia constante de adultos en el entorno del cachorro. Es en este aspecto donde el director, Thomas Balmés, parece defender un punto de vista o, al menos, plantear una pregunta: ¿es beneficiosa esa sobreprotección que se ejerce en el mundo desarrollado? Al observar la crisis existencial de la niña japonesa rodeada de juguetes en su habitación, frente a lo entretenido y tranquilo que permanece el bebé mongol (atado como un perrillo a la pata de la cama) jugando con un rollo de papel higiénico, o la precoz habilidad locomotora del crío africano, surge una cuestión sobre las prioridades. A tan tierna edad, ¿qué es más importante? ¿conocer los rudimentos de los ordenadores, o saber moler grano con dos piedras?
Finalmente, un aviso para navegantes en edad fértil que hayan sucumbido a la película. Recuerden: la Naturaleza es sabia, pero engañadora. Y los bebés crecen.

Raquel Sáenz de Buruaga






 


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